domingo, 4 de abril de 2010

QUÉ DECIR DESPUÉS DE 50 DÍAS?

Hay causas que uno sabe perdidas de antemano. Ésta es una de ellas. Yo sabía que iba a ser imposible dejar para el final una  crónica que intentara dar cuenta de todo este viaje y todo este trabajo fascinante. Aun así, siempre queda la esperanza o la buena intención de dedicar un rato del dia al registro, al comentario... Inútil.
Ni tiempo de sentarse a escribir, señores. Mucho menos tiempo de bajar las fotos...
Entonces, mejor no cansar con crónicas que describan lo hecho, lo vivido. Mejor no arriesgarse a las repeticiones, ni intentar buscar sinónimos originales para relatar lo que ya es difícil contar una sola vez.
Están las fotos, que no nos dejan mentir. Ahí estuvimos, ahí está la gente, la FILEC, las múltiples escuelas, los teatros, los talleres, irán los pies de foto como para que los que esto lean se den una idea.
El resto es vivirlo, y les aseguro, eso es muy difícil de contar.

Desde aquí saludos a los amigos de México: Alethia, Martìn, Jorge, Nene, Javier, las hermosas,  ireemplazables y eficientes Mariana y Nataly, Ray, Lupe.
Y Rayo, y Pupis...

A la compañera Laura Casariego, todo mi respeto y mi alegria por habernos reencontrado.

No más palabras: van las fotos.

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