miércoles, 28 de julio de 2010

NI LA LLUVIA, NI EL VIENTO, NI LA NIEVE…


NI LAS INCOMODIDADES pueden contra las ganas de contar historias, compartir  juegos, adivinanzas, cantar, crear coplas entre todos y hasta jugar con rimas. De eso podemos dar fe,  pues cada martes y jueves de Vacaciones de Invierno en la Biblioteca Municipal de Morón- la Biblio- recibimos grupos de chicos y padres dispuestos a escuchar y participar. El ciclo se llamó La Biblio te cuenta y se llevó a cabo gracias al compromiso, la persistencia y la colaboración del personal de la Biblioteca, su directora  y los narradores participantes. Como ustedes sabrán, la Biblioteca Municipal está siendo remodelada y acondicionada para brindar un mejor servicio e instalaciones más cómodas para el importante número de  usuarios que la visitan.
Hubiera sido muy sencillo y hasta conveniente suspender las funciones, ya que todos sabemos lo que significa convivir con una obra.  Pero eso hubiera implicado privar al vecino de Morón y sus hijos de otra posibilidad digna y  gratuita de espectáculo.
Cada día de función implicaba la limpieza para poder recibir en condiciones dignas al público concurrente, reubicar los muebles, mover estanterías, y  luego volver a ubicarlas para poder continuar con la obra al día siguiente. Esto no es un acto de heroísmo, es cierto, ni una empresa monumental; se trata apenas de un pequeño gesto de solidaridad y voluntad, de colaboración y entusiasmo.
Algo similar ocurrió el domingo 25 en Haedo. Ese día los narradores nos presentábamos en la UGC 2, a las 16. Amaneció horrible, y siguió igual.  Frío, frío, lluvia todo el día y viento que inutilizaba los paraguas. Nadie en la calle, día ideal para quedarse calentito en casa. ¿A quién se le iba a ocurrir llevar a sus chicos a una función de cuentos? Y allí estuvimos, sin embargo. Ninguno pensó en suspender. Y lo bien que hicimos porque hubieron cuatro papás con sus hijos que vinieron a compartir una función hermosa, cálida y divertida, con cuatro narradores, un cuidador. Se nos pasó a todos la hora volando, y salimos los once - un equipo – contentos y cómplices por haberle robado un buen rato al tedio y el frío.
A Inés Martino, Silvia Ponce, Oscar Gay, Miguel Mroue, Maríté Righi, Liliana Plos, Alicia Siaba, Ana De Diego, Ana Pochet, Betty Massolo, Susana Kowal, Nancy Bustos, Romina Pietrantuono, Elda Motto; narradores que acompañan sin preguntar adónde ni cómo, y menos que menos cuánto.
Al señor cuidador de la UGC de Haedo.
A la gente de la Biblio:  Susana, Roberto, Marcia, Blanca, Juan Matías, Raúl, Valentina, Fabián, Gladys, María Eugenia.
A todos ellos va esta historia y las gracias por permitirme compartir el camino.
INÉS.

EL MUNDO
Un hombre pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-         El mundo es eso- reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos, y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
 GALEANO, Eduardo; EL LIBRO DE LOS ABRAZOS, Ed. Catálogos; Bs. As., 2003.


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